Guiados por Miguel Lawner, ex director de la CORMU, autoridades y funcionarios revivieron la épica construcción de la UNCTAD

«Este edificio refleja el espíritu de trabajo, la capacidad creadora y el esfuerzo del pueblo de Chile, representado por: sus obreros, sus técnicos, sus artistas y sus profesionales. Fue construido en 275 días y terminado el 3 de abril de 1972 durante el Gobierno popular del compañero Presidente de la República Salvador Allende”, así rezaba la placa recordatoria, creada por el artista Samuel Román, que se instaló al término de la monumental obra, y que desapareció luego del golpe de Estado de 1973.

Hoy, 50 años después del quiebre institucional, Miguel Lawner, ex director de la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU), Premio Nacional de Arquitectura 2019 y uno de los impulsores del edificio de la UNCTAD III, ahora transformado en el Centro Cultural GAM, se para en el lugar donde estaba el monolito y recita de memoria lo que decía.

Lo mismo hace cuando relata cada uno de los detalles, innovaciones y anécdotas que rodearon la épica construcción del edificio que albergaría la sede de la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo en el Tercer Mundo (UNCTAD III), diseñado por los arquitectos José Covacevic, Hugo Gaggero, Juan Echenique, José Medina y Sergio González, y que requirió del trabajo voluntario de cientos de estudiantes pero, sobre todo, del espíritu y la convicción de los obreros y profesionales que lograron levantarlo en menos de un año y con un presupuesto menor al acordado.

“Nunca antes habían confluido el arte y la arquitectura de manera tan estrecha en una obra”, recalca Lawner, mientras la Subsecretaria de Vivienda, Gabriela Elgueta, el Seremi de la región de Tarapacá, Diego Rebolledo; la encargada del Área Social del gabinete, Pía Castelli; la jefa del Centro de Estudios, Maricarmen Tapia; la encargada del del Centro de Formación, Diálogo y Participación, Patricia Boyco; funcionarios y funcionarias de MINVU, SERVIU y Seremi, además de decenas de personas interesadas en el tema, recorrían y admiraban las obras de artistas de la talla de José Venturelli, Marta Colvin, Nemesio Antúnez, Manzanito, Sergio Castillo, Ricardo Meza, entre otros, además del tapiz de las bordadoras de Isla Negra, que estuvo décadas perdido y fue recuperado, sin conocer su origen, desde el persa Bío Bío.  

El recorrido formó parte de las actividades de conmemoración de los 50 años del golpe de Estado que organizó el Centro de Estudios de Ciudad y Territorio del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, cuyo objetivo principal es dar cuenta y relevar la política habitacional y urbana que se desarrolló entre 1970 y 1973, destacando la labor del funcionariado de la época, pero también la importancia de hacer un traspaso generacional a los actuales miembros de la institución.

Maricamen Tapia, jefa del Centro de Estudios, destacó la relevancia de recuperar y valorar la memoria del MINVU e instó al funcionariado a “recoger la posta” de estas labores y del espíritu que inspiró a sus antecesores.

Luego de la visita al actual GAM, el grupo visitó la Remodelación San Borja, que fue construida entre 1970 y 1976. Está compuesta por 21 torres, con cuatro departamentos por piso, de 70 metros cuadrados, y fue uno de los proyectos de viviendas sociales más relevantes de la CORMU.

Tai Lin, investigador de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, relató cómo, después del golpe de Estado, este proyecto fue mermado, las emblemáticas usurpadas e, incluso, fueron el escenario donde se cometieron violaciones a los derechos humanos.

Al término de la actividad se invitó a los asistentes a un minuto de reflexión y sanación.