Estudio sobre Población Obrera Ángel Guarello y su sistema de acequias: memoria histórica y preservación urbana
En el marco de la Iniciativa MINVU Universidades, el Instituto de Historia y Patrimonio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile realizó un proyecto de investigación centrado en la historia y preservación del sistema de acequias de la Población Obrera Ángel Guarello, una infraestructura hídrica clave que ha marcado la identidad y vida cotidiana de este patrimonial barrio de la comuna de San Bernardo.
El trabajo, coordinado por el profesor José Marcelo Bravo, busca no solo conservar un elemento material del entorno urbano, sino también fortalecer la memoria colectiva y la participación ciudadana en la protección de su patrimonio.
El profesor Bravo expuso a profesionales del MINVU los resultados de su investigación, la que calificó como una “serendipia académica”, y destacó la relevancia de las acequias como un testimonio vivo de la historia de los territorios y su rol fundamental en la organización del barrio. «Las acequias no son solo canales de agua, son parte del tejido histórico y social de la Población Obrera Ángel Guarello. Mantenerlas vivas es también preservar la memoria de sus habitantes y su forma de vida», expresó.
Al respecto, destacó que aún se conserva el oficio del celador, que es la persona encargada de abrir las compuertas, y que tiene un lenguaje particular, por ejemplo, que se mide el caudal en “hilos de agua”; además de la infraestructura del sistema de acequias, que permite su funcionamiento, como el sifón, taco o ladrón o el marco partidor.
El investigador, quien es Doctor en Historia, Geografía e Historia del Arte: Sociedad, Territorio y Patrimonio por la Universidad de Murcia, detalló el rol social que han tenido los sistemas de acequias, que en un comienzo tuvieron funciones sanitarias, de abastecimiento, recreativas y que en la actualidad se utilizan para el riego, pero además tienen importantes beneficios en el marco del calentamiento global, ya que en el estudio descubrieron que su presencia puede bajar la temperatura hasta en 5 grados Celsius.
Bravo relató que antiguamente las generaciones más jóvenes se incluían en la “limpieza o monta del canal”, pero que en la actualidad la comunidad se involucra a través de comités que velan por la mantención y el buen uso de estos sistemas de acequias.
“La comunidad debe ser parte activa en la conservación de su entorno, porque es ella quien ha vivido y sigue viviendo la experiencia de estas acequias”, señaló, y narró que, gracias a la organización y el trabajo de las y los vecinos, se logró declarar el barrio como Zona Típica en 2024.
“Necesitamos la memoria colectiva frente a la amnesia patrimonial”, aseguró.
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