Seminario del CECT profundiza en los Desafíos en Vivienda Adecuada según parámetros ONU

El acceso a una vivienda adecuada continúa siendo un reto importante para Chile, según un análisis del Centro de Estudios de Ciudad y Territorio (CECT), que da cuenta de la situación del país de acuerdo con los indicadores que establece Naciones Unidas para lograr la meta ODS 11.1.1. a 2030, presentado en el seminario «La Vivienda Adecuada como Pilar del Desarrollo Sostenible».

El estudio, realizado por el equipo de Análisis Estadístico y Económico, y basado en datos de la Encuesta Casen 2022, muestra que un 23,7% de los hogares urbanos chilenos enfrenta carencias habitacionales, lo que equivale a 1.469.122 hogares, entre las que se cuentan necesidades de mejoramiento de entorno, necesidad de nueva vivienda, necesidades de mejoramiento y ampliación, conexión a servicios sanitarios y sobrecarga de costos de vivienda respecto a los ingresos, todo estimado siguiendo los lineamientos acordados por Naciones Unidas.

Estos datos muestran que, si bien las cifras de todos los componentes asociados a déficit habitacional van a la baja, aparecen problemas emergentes como la asequibilidad, cuando los gastos en vivienda superan el 30% de los ingresos del hogar, y de tenencia insegura, como los arriendos informales sin contrato o la tenencia irregular.

«Las carencias en vivienda se concentra en los primeros quintiles de ingresos y en los sectores más vulnerables», señaló Pablo Henríquez, encargado del equipo de Análisis Estadístico y Económico, quien presentó el estudio.

En términos de distribución territorial, las regiones de Tarapacá, Antofagasta y la Región Metropolitana presentan los porcentajes más altos de hogares con carencias. Además, el estudio revela importantes brechas entre los hogares liderados por jefaturas chilenas y migrantes. «La proporción de hogares con carencias es significativamente mayor en jefaturas migrantes, alcanzando un 57% en comparación con un 20% en hogares de jefatura chilena,» indicó Henríquez. El aumento de los costos de arriendo es uno de los factores clave detrás de estos problemas de asequibilidad y también de tenencia.

El jefe del equipo económico del CECT concluyó que, dadas sus características, este problema requiere un abordaje multisectorial.  “Es imposible que un solo sector arregle un desafío tan grande. Incluye temas de ingresos y laborales, cuya solución pasa por condiciones más complejas que la sola construcción de vivienda. Tiene que ver con la integración de políticas para resguardar el acceso a la vivienda. Hay un desafío importante de financiamiento, ya sea por un crédito hipotecario o por una renta. Tiene que ver con las políticas de trabajo también, porque son los migrantes y las familias jóvenes las que están más afectadas”.

Alejandra Rasse, investigadora de la Universidad Católica y panelista del seminario, enfatizó en la interrelación entre la vivienda y otros problemas sociales, lo que da cuenta de la necesidad de verla desde una perspectiva integral: «La precariedad urbana y habitacional puede asociarse a quiebres de cohesión social y surgimiento de violencia urbana. La precariedad de la vivienda se deriva en una serie de problemáticas habitacionales, urbanas, sociales que, en último término, empobrecen. El acceso a la vivienda adecuada, segura y asequible está estrechamente vinculado al uso que hacemos del suelo, a la forma en que organizamos el territorio y a nuestras maneras de habitar ese territorio, está intrínsecamente vinculado a la sustentabilidad de nuestras ciudades».

Por su parte, Rodrigo Herrera, encargado de Reducción de Pobreza y Desarrollo Inclusivo en el PNUD Chile, coincidió con las características multisectoriales de los problemas asociados a la vivienda.

“Los cambios y los desafíos a futuro en relación con las necesidades de vivienda en Chile requieren un enfoque integral que aborde las desigualdades existentes, que considere las particularidades del territorio, que anticipe tendencias emergentes, como las vinculadas a la emergencia climática, y que fomente y se beneficie al medio ambiente y las innovaciones. Hay que buscar las formas y los mecanismos para poder ir haciendo estas articulaciones en beneficio de las personas”, sostuvo.

Desde la mirada institucional del MINVU, Carlos Araya, jefe de la División de Política Habitacional, puso sobre la mesa la necesidad de diversificar las políticas públicas para entregar soluciones a situaciones que van más allá de la tenencia de vivienda.

«Es crucial que avancemos en esta última etapa del Plan de Emergencia Habitacional más allá de las metas productivas de alcanzar una cifra de vivienda a entregar, sino que también visualizar otro tipo de estrategia», dijo.

Revisa el estudio completo acá o en la sección Publicaciones