Centro de Estudios del Minvu explora alternativas innovadoras de viviendas sociales para la vida actual
La investigación analizó conceptos como co-residencia, edificios de alquiler públicos, vivienda tutelada o autogestionada por cooperativas, entre otras realidades que no forman parte de la actual oferta habitacional en Chile, revisando nueve casos internacionales exitosos.
Las formas de habitar y las necesidades de vivienda en Chile han cambiado y se han diversificado significativamente en los últimos años. Si hasta mediados de los años 90 la materialidad de las casas era uno de los problemas más urgentes, en la actualidad, los requerimientos habitacionales se concentran en principalmente hogares de allegados, que viven en departamentos, con jefaturas de hogar femeninas y con mayores niveles de escolaridad.
Asimismo, cada vez hay más y diversas realidades habitacionales, lo que genera la necesidad de buscar alternativas innovadoras desde el Estado para dar una respuesta más adecuada a esta amplia gama de requerimientos. Una familia con hijos tiene necesidades distintas que un hogar conformado por adultos mayores o por una mujer jefa de hogar con hijos pequeños.
Es por esto que el Centro de Estudios de Ciudad y Territorio del Ministerio de Vivienda y Urbanismo llevó adelante el “Estudio de casos sobre vivienda de interés social: Tipologías innovadoras para acoger los modos de vida actuales”, que apunta a incorporar distintas formas de tenencia de la vivienda, superando la lógica actual del sistema único basado en la asignación de subsidios hacia un modelo que diversifique las opciones de producción, financiamiento y tenencia, para garantizar el derecho humano a una vivienda adecuada.
Al respecto, el estudio exploró conceptos como la co-residencia, la vivienda tutelada, los edificios de alquiler público, la vivienda autogestionada por cooperativas, entre otras realidades que actualmente no son frecuentes en la oferta tradicional de viviendas de interés social en Chile.
Se revisaron nueve casos de España, Países Bajos, Dinamarca, Bélgica, Uruguay, Tailandia y Argentina, donde se analizó su programa arquitectónico, gestión y forma de administración, privilegiando propuestas que se adaptaran a las distintas etapas del ciclo vital, la vida en comunidad y la economía de los cuidados.
Una de las conclusiones del estudio fue que estos proyectos ponen al centro la vida en comunidad, por lo que para que sean viables requieren no sólo de la participación de las y los habitantes y de la sociedad civil, cuando se involucran organizaciones, sino también de su involucramiento tanto en el diseño, como en la gestión y la administración de los proyectos. Y, por cierto, necesitan de un soporte físico diseñado para que contenga y fortalezca esta forma de habitar en comunidad, con espacios comunes y privados. Además, el diseño de los conjuntos bajo las perspectivas de cuidados, género y vida en comunidad debe ser específico para estos fines.
Además, la investigación, liderada por el equipo de Gestión de Estudios y Evaluaciones del Centro de Estudios Minvu, destacó la relevancia del rol del Estado como facilitador y de las municipalidades como articuladores de estos proyectos, para que puedan entregar respuestas socialmente diversas, y la necesidad de adaptar las normativas actuales para abrir la posibilidad a estas innovadoras ofertas habitacionales.